Artículo 1: La tiranía del dios Dinero

La tiranía del dios Dinero

Por Mauricio Medina.


Pareciera que el dinero es solo un medio de cambio de productos, el cual sustenta su credibilidad en el oro de las bóvedas de los bancos centrales, mostrando ser ésta, una doctrina inofensiva y sin grandes consecuencias.



Pero leyendo al filósofo Carlos Enrique Marx, es interesante ver, como destruye esa idea y nos muestra una realidad velada por las falsas posturas económico-liberales, que nos han sometido hasta nuestros días, las cuales están promoviendo que el más fuerte pueda destruir a más débil; según lo que él expone, El Dinero, en cuanto posee la propiedad de comprarlo todo, en cuanto posee la propiedad de apropiarse todos los objetos es el objeto por excelencia. La universalidad de su cualidad es la omnipotencia de su esencia; vale, pues, como ser omnipotente. Pero lo que me sirve de mediador para mi vida, me sirve de mediador también, para la existencia con los otros hombres. Por ende a los otros hombres se les aplicaría el principio que dice la canción colombiana OROPEL, “amigo dime cuanto tienes cuanto vales” y eso sería para el otro un  hombre.



Y desde esta perspectiva el Dinero es una negación ontológica  del ser humano, puesto que lo que el hombre no tiene, aquel lo puede conseguir, es como si se proyectara el propio ser en algo que no es su ser. Esto tiene como consecuencia un extrañamiento de la esencia y sobretodo en  la clase proletaria, pues aunque quiera algo, si no tiene dinero no podría obrar y por tanto carecería de vocación y deseos.




El dinero hoy en día ya no es esa moneda respaldada por el oro (como lo proponían los teóricos económico-liberales), sino que es abstracto, es virtual; son electrones que muestran cifras, de ahí la gran campaña en utilizar el dinero electrónico. En el origen de los bancos se crean por una necesidad práctica, con los orfebres (en inglés goldsmith), a ellos la gente les llevaba sus monedas de oro
para que fueran protegidas en sitio seguro, es decir se guardaban en las bóvedas de los orfebres, convirtiéndose solo en custodios y guardas de ese dinero, pero después algunos hombres llenos de avaricia quisieron emplear el interés y poco a poco construir sus grandes monopolios, formando así el actual concepto de banco.



Es interesante ver como en el lenguaje común, nos han ido introduciendo términos y necesidades innecesarias como por ejemplo PROGRESO, que según la mentalidad actual es, el tener la capacidad de consumir o en otras palabras el poder (o el dinero) para adquirir lo que se venga en gana.



Y como consecuencia, hoy vemos “El  poder mundial del dinero”, el cual es, la riqueza concentrada en muy pocas manos, las que con esa riqueza  van a provocar la crisis que viviremos en un futuro no muy lejano, uno de los signos de esto es que  unos creen que la riqueza se esta acabando, pero lo que pasa, es que hay unos pocos que siguen acumulando ese capital, no permitiendo la fluidez de ese “dios tirano” (tan deseado e invocado hoy en día). Un ejemplo claro de esto lo podemos ver en la republica de Argentina, país que a inicios del siglo XXI sufrió una terrible crisis económica, en la que todo el capital de la gente del pueblo se vio reducido, con la excusa de la quiebra de bancos, esto se lo conoce como “el corralito”.



Estamos en un mundo liberado al egoísmo sin límites morales, donde reina la avaricia y la envidia, y en el que nadie confía en el otro. Recordemos que en la crisis del 30, cuando cayeron las bolsas de dinero más importantes del mundo, el “crac” del Wall Street, los bancos se apoderaron  de la industria,  estas sociedades anónimas que tienen el privilegio de emitir moneda (monopolio de ser hacer el dinero que circula) como por ejemplo, el banco norteamericano, entidad privada que busca nada más que el lucro teniendo una pequeña regulación del poder ejecutivo, la cual es con respecto de unos miembros  que escoge para el directorio.



Ahora bien, con lo expuesto se podría decir que “El poder del dinero” no es solo la acumulación en unas solas manos sino el uso que se le da para conseguir fines en los campos sociales, idearios y religiosos más que económicos (dame la economía de una nación y haré sus leyes), creando una macroestructura llena de los principios e ideales que nos quieren imponer, para así poder mejor manejar la sociedad; pues ya nos han mentalizado que sin dinero nos somos nada, esa pureza de corazón, con la cual se ven las cosas materiales solo como medios para subsistir, y no como fines, nos la han suprimido o reducido al máximo. Y con esta arma van a provocar crisis energéticas, alimenticias y bélicas, pero esto es para ser tratado en otro momento. 



Cuando se olvidan los verdaderos motivos para vivir; cuando se ve a este “becerro de oro” (tal cual lo es el dinero), como un dios, se llega a una lucha en donde el rico ve al pobre como un enemigo que debe ser explotado, y el pobre ve al rico como un verdugo que ostenta un poder ilícito, creándose así las desigualdades sociales, y las posibilidades cada vez más grandes de que en nuestra época empiece una guerra mundial, pero a manera de guerras civiles por obtener alimentos y poder satisfacer las necesidades básicas.



El poder de este tirano nos enajena, seamos libres y luchemos con nuestra actitud para no vernos reducidos a ser unos autómatas de las modas y el consumo. 


 BIBLIOGRAFÍA

MARX, Carlos. Manuscritos filosóficos y económicos de Marx. Recuperado de http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/index.htm
MEINVILLE, Julio. Concepción de la economía de Julio Meinville. Recuperado de  http://es.scribd.com/brian_moore_7/d/91014741-CONCEPCION-CATOLICA-DE-LA-ECONOMIA-P-MEINVIELLE
ARISTÓTELES. Política de Aristóteles. Recuperado de http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/a/Aristoteles%20-%20Politica.pdf

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